Evelyn Joan Loaiza Quiceno
Cuerpo, arte y política.


 “Consideramos que el cuerpo (la vida) es el plano donde se manifiestan todas las fuerzas (políticas, sociales, económicas, eróticas, etc). Sobre el cuerpo recaen todos los ejercicios de poder que determinan esta época (el llamado biopoder o control sobre la vida). Entonces, el cuerpo es sin lugar a dudas el medio donde se ejercen todos los poderes y por esto mismo, es el lugar privilegiado a través del cual se puede llegar a precipitar una transmutación de los valores de nuestra cultura, es decir, una destrucción a martillazos del yo fascista que existe en cada uno de nosotros, controlando y anestesiando nuestra potencia de vida”.1.

Creo que en este momento el poder que más ejerzo es la radicalidad, es casi imperceptible para mí, pero quizás por esa necesidad y conciencia de crear y generar igualdad, equidad, de apostarle a unas fisuras a unos acontecimientos que permitan crear desde otros puntos, otras miradas esa manera que cada uno tiene de encontrarse y deje desde su quehacer su manera de ver el mundo. Con frecuencia me emociono al hablar de determinados temas, como la revolución, el arte, el cuerpo, lo que me dijo o expreso un libro, una película o una obra de teatro; pero es desde esa manera de percibir el mundo que a veces sin querer o queriendo niego la mirada del otro, el sentir del otro, los deseos y radicalidades o no del otro. Y es ahí en donde con gestos, con miradas y con discursos acalorados intento seducir al otro, segada por mi poder e intentando hacer cambiar de parecer a alguien que en su búsqueda pueda no querer escucharme o simplemente piense que su manera de hacer las cosas es la manera en la cual quiere construir su mundo. Siento que ese poder se asocia a lo que en otro texto exprese y es a mi problema con la autoridad, creo que ahí se puede evidenciar, casi siempre nos parecemos a lo que más criticamos y es por ahí por donde esos discursos de división, censura, clasificación y discriminación se nos inserta de una manera muy sutil en nuestro ser y en nuestro relacionarnos con los demás.

Sobre este poder podríamos decir que ejerce presión sobre todos, que en unos es más conscientes que en otros, pero lo cierto es que en este momento siento que por mi edad, mi familia, mi ciudad, mi país se ha acentuado aún más. El dinero y toda su cultura de consumismo, de bienestar y de felicidad que produce hace que por momentos me cuestione no solo lo que hago, si no lo que digo, lo estudio y  lo que pienso. Siempre durante toda mi vida he tenido muchos problemas con la autoridad y por momentos pensé que ese podría ser el poder sobre el cual escribir, pero analizando la situación es el dinero lo que me llama hacerlo. Eso de: “usted que es lo que estudia?... y en eso si se puede emplear? Y eso si da plata?... pero usted si cree que con eso del performance le pueda ayudar a su mamá?”; Pensar que ese mismo fenómeno sea el que genere conflictos familiares me hace caer en la cuenta de lo importante que puede llegar a ser  a nivel social, pero cuando eso atraviesa el cuerpo a cuestiones de enfermedad por su ausencia, siento y pienso que es una de las enfermedades más bien creadas de la actualidad. “vos vales lo que pesas en oro” ese dicho que parece no tener importancia pero que por estos días ronda mi cabeza, mi que hacer, mi relación con mi mamá y con mi hermano. He intentado generar maneras de hacerle contrapeso con estrategias como: el trueque, los regalos, el caminar, el montar bicicleta, en fin; pero vuelve eso de la razón y las lógicas e imaginarios sociales que ejercen presión en donde si no se pagan los servicios, no hay donde cocinar, no hay como mandar un correo electrónico (tan necesario en estos tiempos tecnológicos). No es tan importante para mí, pero si lo es para el bienestar de mi familia y es donde prima el deber sobre el querer.  

Pareciera incluso que caigo en ese loca enfermedad, que empiezo a entender por qué por el (dinero) es que se realizan guerras, desapariciones y demás, en todo el mundo, en especial en Colombia (conflicto armado, narcotráfico, estado) cosa por lo que he peliado y he cuestionado desde mi formación y posición política. Se me viene entonces a la cabeza una cita de Elsa Blair, en donde habla del conflicto en Colombia asociándolo a un culto y a una costumbre meramente resignado y ejercido por generaciones.

“Por el contrario, pienso que en Colombia la violencia no ha sido ritualizada, dado que en este país las mediaciones simbólicas son tan precarias que dificultad tal ritualización. En otras palabras, hoy creo que la inmediatez de la guerra, sumada a la escasa capacidad de simbolización de la sociedad no permite su exorcización ritual. Es decir, que en este momento lo que me pareció ritual, era el culto rendido por los colombianos a la violencia. Culto que, por lo demás, no ha desaparecido.” 2.

 Y sigue anotando: “En los últimos cincuenta años Colombia dejó de ser un país eminentemente rural y agrícola gracias a la acelerada urbanización y a las políticas de industrialización. Sin embargo, el desarrollo no redujo las desigualdades sociales ni modernizo la sociedad”. 3.

Con esta reflexión y este panorama creo que lo único que queda es un resistencia y un planteamiento fuerte en torno a esto, que no es fácil, pero por el cual hay que trabajar y hay que insistir.

“Pero afirmar la utopía no quiere decir plantear propuestas que se queden en lo imaginario. Afirmar la utopía es exigir lo imposible. Hacer actos de fabulación, que como decía Deleuze, inventen un pueblo que todavía no existe. Afirmar la utopía es crear líneas de fuga a esos controles que tienden a suprimir la vida: como decía Foucault, luchar contra todas las variedades de fascismo, desde aquellas enormes, que nos rodean y aplastan, hasta esas otras insignificantes, “que constituyen la amarga tiranía de nuestras vidas cotidianas”. Por esto, ya no se trata de ser artista, sino de transformarse en artista, en hacedor, en pedagogo, en filósofo, en crítico de la actualidad. Pelar una papa puede ser una acción artística, si se vive este acto como una experiencia iniciática, política, filosófica y curativa”.3


1. Consuelo Pabòn. Construcciones de cuerpo.
2 Conflicto Armado y Militares en Colombia. Cultos, Símbolos e Imaginarios. Elsa Blair Trujillo
3  Conflicto Armado y Militares en Colombia. Cultos, Símbolos e Imaginarios. Elsa Blair Trujillo
  3. Consuelo Pabón. Construcciones de cuerpos.

     Texto escrito para el blog: http://artecuerpoliticas.blogspot.com

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